La puerta era de un color marrón antiguo, resquebrajado por el paso de los incansables años, masacrada por el viento, y destruida, como torturada por la humedad, las bisagras estaban oxidadas, de una oxidación tan profunda que de un sólo toque podían quebrarse, los clavos estaban salidos, y la sensación de que el maldito templo se caería en cualquier momento era cada vez peor, al intentar abrir la puerta, esta rechinaba como el suelo de madera de mi antigua casa, la casa de mis padres, ya no recuerdo como era estar con ellos, el general tenía razón, ya no los volvería a ver. La puerta se abría ante mí y yo ingresaba al interior de el templo, luego de la puerta seguía inmediatamente una escalera que descendía, comencé a bajar y el miedo cobró su parte, todo comenzó a moverse, a temblar, y la entrada sonó con un crujiente sonido el cual selló mi salida con rocas y moho, estaba atrapado.
"El único camino ahora es para adelante" Pensé.
Empecé a caminar por un angosto pasadizo húmedo por las miles de entradas de agua, las fugas de la pared, desde el lago al templo, el olor era asqueroso, pero soportable, parecía como si por eones nadie hubiera entrado en aquella construcción.
Ni siquiera sabía lo que buscaba, y el tiempo pasaba incesante como siempre, imposible de parar o cambiar, o retroceder ni adelantar, aún me mantenía siguiendo el camino, el pasadizo, el corredor sin fin de ese misterioso espacio en medio de un bosque, en medio de la nada.
Insectos por doquier me hostigaban a caminar más rápido, no es que les tema, sino que podrían poseer un veneno que no me deje cumplir mi misión o que me deje incapacitado de por vida, o simplemente que me mate.
Llegué a una recámara con una cama, un espacio para la fogata, una repisa, y unas pesas, y en el otro extremo un atril de armas. Me asusté al principio ya que podría vivir alguien ahí, y casi decido devolverme, sin acordarme que la entrada estaba sellada. Luego me di cuenta que la fogata llevaba mucho tiempo sin ser usada y el frío en ese momento ya me calaba los huesos, entonces me dije a mi mismo que nadie debía vivir ahí.
Avancé y me encontré con una puerta de roca la cual tenía extraños dibujos en ella y estaba completamente cerrada, no supe abrirla, lo intenté por horas y horas, me sentí inútil por un momento, y la preocupación me atacó. No podía devolverme ni tampoco avanzar, moriría en aquel templo y no podría cumplir mis sueños, desfallecía y nadie calmaba mi dolor.
Pasaron 24 horas creo, o tal vez menos pero fue una eternidad, o al menos así lo sentí yo, a lo que una gran sombra se posó detrás de mi fogata.
Si vivía alguien ahí.
Omak, un caballero que debe destruir el bien, cae presa de sentimientos, eventos, y situaciones, que le hacen ver una realidad que nunca había visto
martes, 18 de octubre de 2011
miércoles, 24 de agosto de 2011
Capitulo 9 .- Misiones Primarias
Daban las 5 de la mañana, el cielo se encontraba en su rojo mas tenue y desolado, las nubes giraban en órbitas elípticas con un color semi-amarillento, el viento mecía las copas de los árboles las cuales hacían un ruido tenebroso al adentrarse en el bosque oscuro en el cual ninguna luz podía ingresar. Sonaba la trompeta del general y los soldados salían de sus tiendas de campaña, lentamente y con sueño, el general nos mandó a bañar al lago, con una marcha lenta y constante recorrimos el largo trayecto del campamento al lago. El agua estaba helada, como hielo y los peces saltaban como si nada generando ondas las cuales chapoteaban al chocar en la orilla y mojaban el suelo, en el fondo del lago se veía una silueta enorme girando, la cual provocaba la clase de "marea" que tenía el lago en ese momento. Entramos en él, y nos temblaban las piernas, yo fui el primero, el agua clavaba mis piernas como cuchillos carniceros rebanando los huesos para la sopa, en unos segundos la circulación de mis venas cesó, era increíble el dolor que el agua podía causar, pero al rato pasó, mi baño duró aproximadamente unos 10 minutos y al salir miré nuevamente al lago y la sombra seguía ahí, pasiva e intensa, pero sin hacer nada, solo girando y girando. Al volver con el general, éste me regañó por haberme demorado mucho:
-Ni los príncipes se bañan tanto, eso fue una pérdida de tiempo que no nos podemos permitir, el tiempo es sangre muchacho, sin sangre no vivimos, si no vivimos somos derrotados y si somos derrotados, nuestros enemigos serán victoriosos, y eso soldado... no podemos permitirlo-
-Pero señor...-
-No le hables a tu superior sin permiso, pero tienes coraje, se nota en tus ojos, se nota en tus notas de entrenamiento, mmm,... me servirás para esto... Toma! (Me arroja un papel enrollado), ve al templo verde y mohoso que hay en el centro de este bosque, cuando llegues ahí, sabrás que hacer con el pergamino-
-Si señor!- Afirmé con ademán de soldado y partí a la carrera a cumplir mi misión.
-Cuídate soldado! -Me gritó- No podemos permitirnos ninguna baja- Dijo para si mismo.
Me adentré en el bosque oscuro con mi espada, mi armadura y mi escudo, caminaba por un sendero deformado, al cual no se le veía sentido aparente, con el pergamino en la mano y la espada en la otra, corrí unos 40 minutos en una sola dirección pero parecía que no avanzaba nada. Los árboles se movían al frente de mi, y daban la sensación de querer atacarme, los ruidos que se generaban en aquel ambiente, los gritos, oh malditos gritos, siempre los recordaré, la suerte hizo que no me volviera loco ese día, eran mortales.
La misión aún no terminaba, y esa convicción me mantuvo cuerdo, afirmé el pergamino y reintegré mi carrera, llegué a un lago profundo, el cual rodeaba a un templo antiguo y destruido, de color verde, tal como dijo el general. Me propuse atravesar el lago nadando, y me acerqué a la orilla para sacarme la armadura, cuando me estaba retirando las botas, del lago apareció una bestia enorme, de cabeza alargada, con púas en la cresta, colmillos mas largos que mi brazo entero, tenia 5 ojos, sin nariz, piel grisácea, con escamas, y extrañamente una gema brillante debajo de la garganta, y lo mas terrible fue, que me atacó sin pensarlo:
Se lanzó hacia mí estirando es cuello
Yo esquivé saltando hacia un lado para recoger mi espada y mi escudo
Retrocedió para hacer su nuevo ataque
Tiempo que me dio para ponerme las botas y el casco
Atacó nuevamente pero esta vez, abrió la boca y lanzo un ácido color verde que me alcanzó en el casco, el cual empezó a desintegrarse continuamente y no tuve más remedio que quitármelo, Salté a esa monstruosidad y enterré mi espada en su cuello y me deslicé hacia abajo rajando toda su piel, lo cual no funcionó pues se regeneró de una forma excepcionalmente rápida
El monstruo se recuperó y atacó nuevamente, el tiempo pasaba y yo no podía soportar más una batalla infinita, entonces pensé: "Si voy a morir, leeré el pergamino, no pienso morir sin saber que estaba protegiendo". Al abrirlo comencé a leerlo. Pero la infernal bestia no paraba de atacarme.
"Si ayuda necesitar..."
Me lanzó un ataque con la boca el cual esquivé saltando y rodando por el suelo.
"... Las siguientes palabras recitar..."
Me golpea con su frente en el escudo y me lanza hacia atrás con una fuerza descomunal
"(Lenguaje raro indescifrable)"
Al recitar esas palabras mi espada comenzó a brillar, se empezó a calentar y mis manos ardían, expelía una luz muy brillante y sentía que mis ojos se quemaban, creo que el monstruo sintió lo mismo ya que se sumergió en el agua como para escapar, el mango de mi espada comenzó a cambiar, de ser una cosa cuadrada paso a tener un diseño más cálido, más fogoso, más de fuego, no sé si me explico, a lo que la hoja también respondió de la misma forma. Al terminar la metamorfosis extraña de mi querida espada que me dio mi padre todo brillaba y un ser extraño apareció frente a mi y me dijo:
"El maná no es solamente para los dioses, también para sus hijos
El maná no es solamente para los magos, también para los guerreros
El maná no es solo para los seres vivos, también para los muertos
El maná no es solo para adultos, también para pequeños"
Y desapareció. El pergamino se quemó al instante.
Pasaron unos 5 segundos y el monstruo volvió a salir del lago, de un solo golpe de espada su cabeza rodó por mis pies.
Crucé el lago y llegue al templo verde... Aún no sabía lo que me esperaba
-Ni los príncipes se bañan tanto, eso fue una pérdida de tiempo que no nos podemos permitir, el tiempo es sangre muchacho, sin sangre no vivimos, si no vivimos somos derrotados y si somos derrotados, nuestros enemigos serán victoriosos, y eso soldado... no podemos permitirlo-
-Pero señor...-
-No le hables a tu superior sin permiso, pero tienes coraje, se nota en tus ojos, se nota en tus notas de entrenamiento, mmm,... me servirás para esto... Toma! (Me arroja un papel enrollado), ve al templo verde y mohoso que hay en el centro de este bosque, cuando llegues ahí, sabrás que hacer con el pergamino-
-Si señor!- Afirmé con ademán de soldado y partí a la carrera a cumplir mi misión.
-Cuídate soldado! -Me gritó- No podemos permitirnos ninguna baja- Dijo para si mismo.
Me adentré en el bosque oscuro con mi espada, mi armadura y mi escudo, caminaba por un sendero deformado, al cual no se le veía sentido aparente, con el pergamino en la mano y la espada en la otra, corrí unos 40 minutos en una sola dirección pero parecía que no avanzaba nada. Los árboles se movían al frente de mi, y daban la sensación de querer atacarme, los ruidos que se generaban en aquel ambiente, los gritos, oh malditos gritos, siempre los recordaré, la suerte hizo que no me volviera loco ese día, eran mortales.
La misión aún no terminaba, y esa convicción me mantuvo cuerdo, afirmé el pergamino y reintegré mi carrera, llegué a un lago profundo, el cual rodeaba a un templo antiguo y destruido, de color verde, tal como dijo el general. Me propuse atravesar el lago nadando, y me acerqué a la orilla para sacarme la armadura, cuando me estaba retirando las botas, del lago apareció una bestia enorme, de cabeza alargada, con púas en la cresta, colmillos mas largos que mi brazo entero, tenia 5 ojos, sin nariz, piel grisácea, con escamas, y extrañamente una gema brillante debajo de la garganta, y lo mas terrible fue, que me atacó sin pensarlo:
Se lanzó hacia mí estirando es cuello
Yo esquivé saltando hacia un lado para recoger mi espada y mi escudo
Retrocedió para hacer su nuevo ataque
Tiempo que me dio para ponerme las botas y el casco
Atacó nuevamente pero esta vez, abrió la boca y lanzo un ácido color verde que me alcanzó en el casco, el cual empezó a desintegrarse continuamente y no tuve más remedio que quitármelo, Salté a esa monstruosidad y enterré mi espada en su cuello y me deslicé hacia abajo rajando toda su piel, lo cual no funcionó pues se regeneró de una forma excepcionalmente rápida
El monstruo se recuperó y atacó nuevamente, el tiempo pasaba y yo no podía soportar más una batalla infinita, entonces pensé: "Si voy a morir, leeré el pergamino, no pienso morir sin saber que estaba protegiendo". Al abrirlo comencé a leerlo. Pero la infernal bestia no paraba de atacarme.
"Si ayuda necesitar..."
Me lanzó un ataque con la boca el cual esquivé saltando y rodando por el suelo.
"... Las siguientes palabras recitar..."
Me golpea con su frente en el escudo y me lanza hacia atrás con una fuerza descomunal
"(Lenguaje raro indescifrable)"
Al recitar esas palabras mi espada comenzó a brillar, se empezó a calentar y mis manos ardían, expelía una luz muy brillante y sentía que mis ojos se quemaban, creo que el monstruo sintió lo mismo ya que se sumergió en el agua como para escapar, el mango de mi espada comenzó a cambiar, de ser una cosa cuadrada paso a tener un diseño más cálido, más fogoso, más de fuego, no sé si me explico, a lo que la hoja también respondió de la misma forma. Al terminar la metamorfosis extraña de mi querida espada que me dio mi padre todo brillaba y un ser extraño apareció frente a mi y me dijo:
"El maná no es solamente para los dioses, también para sus hijos
El maná no es solamente para los magos, también para los guerreros
El maná no es solo para los seres vivos, también para los muertos
El maná no es solo para adultos, también para pequeños"
Y desapareció. El pergamino se quemó al instante.
Pasaron unos 5 segundos y el monstruo volvió a salir del lago, de un solo golpe de espada su cabeza rodó por mis pies.
Crucé el lago y llegue al templo verde... Aún no sabía lo que me esperaba
domingo, 5 de junio de 2011
Capitulo 8 .- Pasa el tiempo
Y el tiempo seguía corriendo, las pruebas minuto a minuto eran más difíciles y duras que las anteriores, pero el esfuerzo que ponía en cada una de ellas también era mayor, me sentía orgulloso de lo que estaba haciendo y siempre tenía las ganas y es más, siempre tenía la necesidad de seguir escalando para ser más en mi vida, incluso tenía la visión de que podía llegar a ser rey, era algo lejano, pero podía lograrlo, eso era lo que sentía, y sigo intentándolo hoy en día. El día en el que mi instructor personal llegó a mi habitación, (me pasaron un instructor personal porque había sobrepasado el nivel normal en todas las pruebas), y me dijo que mi entrenamiento había finalizado, yo no lo podía creer, todo en mi vida estaba relacionado con el entrenamiento, en estos 10 años no había parado de entrenar, no conocía el mundo exterior, ya ni siquiera sabía quien era, y a mis padres, mis queridos padres, ya ni los recordaba. Recuerdo que ese día el instructor me llevó al patio y me dijo "Joven, ya no estás en entrenamiento, tu número ahora es: "789234", perteneces al pelotón de primera línea: "357", tu capitán es el señor Urruk, desde este momento no perteneces aquí". Y en ese momento me dio un morral y me expulsó de la arena, afuera se encontraba mi nueva vida, mi pelotón.
Fui recibido por el general, el cual me llamó por mi número y me asignó mi posición, estaba justo al medio del grupo y en la primera fila, no se por qué, pero era una de estas cosas, o soy demasiado bueno para luchar o querían que muriese rápido. Tras asignarme la posición, nos reunimos con el grupo, que eramos más de 3000 y todos nuevos, el jefe nos dio instrucciones y nos dejó para "convivir". Yo me encontré con el chico del casino y me junté con él, tenia mi misma edad y también estaba en el pelotón, lo cual era muy raro ya que todos tenían más de 20 años y nosotros teníamos sólo 14 aproximadamente, eramos los más jóvenes y estábamos ahí por alguna razón, yo ansiaba conocer las habilidades de ese chico, quería combatir con él, pero por alguna razón, tenía miedo. No me acordaba bien de su nombre, así que se lo pregunté de nuevo, y él respondió: "Soy 789233", había sido aceptado en el ejército antes que yo, o sea era más bueno que yo, o solo estaba antes en la lista, lo que aseguró mi temor.
Fui recibido por el general, el cual me llamó por mi número y me asignó mi posición, estaba justo al medio del grupo y en la primera fila, no se por qué, pero era una de estas cosas, o soy demasiado bueno para luchar o querían que muriese rápido. Tras asignarme la posición, nos reunimos con el grupo, que eramos más de 3000 y todos nuevos, el jefe nos dio instrucciones y nos dejó para "convivir". Yo me encontré con el chico del casino y me junté con él, tenia mi misma edad y también estaba en el pelotón, lo cual era muy raro ya que todos tenían más de 20 años y nosotros teníamos sólo 14 aproximadamente, eramos los más jóvenes y estábamos ahí por alguna razón, yo ansiaba conocer las habilidades de ese chico, quería combatir con él, pero por alguna razón, tenía miedo. No me acordaba bien de su nombre, así que se lo pregunté de nuevo, y él respondió: "Soy 789233", había sido aceptado en el ejército antes que yo, o sea era más bueno que yo, o solo estaba antes en la lista, lo que aseguró mi temor.
viernes, 27 de mayo de 2011
Capitulo 7 .- Segundo dia
Estaba ya en el centro de la arena, cuando la flecha cruzó por mi rostro, me lo rajó y brotó sangre, ni siquiera lo sentí venir, ni siquiera lo sentí hacerme daño, en ese momento de reflexión otra flecha pasó y me dio en el hombro, fue un impacto muy fuerte, sentí como la piedra de la flecha sonaba en estallido con mi hueso y me lo destruía. No sabía de donde venían las flechas, lo veía nada, ni las sombras, otra flecha atravesó y me dio en el abdomen, el dolor era inaguantable. A la cuarta flecha que dio en mi escudo, me di cuenta de un pequeño silbido que tenían cuando eran disparadas, a la quinta ya sabía como esquivarlas y ésta no me alcanzó, al momento en el que la esquivé, la lluvia empezó... Desde mis cuatro direcciones llovían flechas, todas eran flechas silbantes, trataba de verlas pero no podía lo que hacía que rasgaran mi piel, luego de un buen tiempo me di cuenta que mis ojos no servirían, sólo mis oídos, cerré los ojos y empecé a esquivar, estuve esquivando un buen rato y ya me parecía aburrido ya que todas las prácticas eran de esquivar y para mí no tenían ninguna gracia. El general me dijo que escalara y no entendí a que se refería, pasó un tiempo y me reiteró que escalara, pero esta vez me dijo que fuera a apretar el botón del techo, miré hacia arriba, y había un interruptor de color rojo, pero no había forma de llegar hasta él, no entendí de que se trataba y esquivar las flechas se me estaba haciendo demasiado fácil. El general con un tono más furioso me volvió a decir que escalara y como yo no sabía como hacerlo no lo hice, entonces unas campanas empezaron a sonar y las flechas me dieron. Caí de dolor al piso.
Desperté en mi habitación como siempre, al despertar, me llamaron al casino, donde yo nunca había estado antes, ya que mi comida me la llevaban a mi pieza. Salí de mi cuarto y caminé por el largo y angosto pasillo oscuro iluminado por antorchas las cuales estaban sostenidas por cráneos de animales y de personas, al llegar a la sala que me habían mandado, todo el mundo me miró, la mayoría era mayor que yo, excepto un chico, le decían "Cnutham Glailr" o Vuelo Afilado, él al verme me hizo una seña para que me sentara con él, fui para allá y cuando me instalé en el asiento, la comida salió de la mesa como por arte de magia y mi plato se encontraba frente a mí.
-Hola, ¿Cómo te llamas?- Me dijo el chico
-Omak-
-¿Hace cuánto estas aquí?
-Creo que hace 2 días- En realidad no me acordaba, el tiempo había sido muy volátil y muy raro para mí desde que ingresé, no sabía cuanto estuve desmayado o cuanto duraban los entrenamientos, así que respondí al azar, creo que respondí bien.
-Mmmm, ya veo, Las Flechas silbantes ¿No?-
-¿Que?-
-¿Como te fue en esa prueba?, yo la acabó de terminar-
-Aah, mal, quedé inconsciente- Le dije mientras bajaba la vista por la vergüenza
-No te preocupes, es muy complicada, debes saltar sobre las flechas- Me dijo y me guiño el ojo, como si me hubiera dicho algo muy secreto, pero de todas formas me ayudó mucho.
Ya había terminado de comer, me disponía a hablar con el muchacho, pero el general entró súbitamente como siempre y me llevó a entrenar.
La prueba era la misma, las flechas brotaron fugazmente, esquivé y esquivé, hasta el momento en que me gritaban, escala, y yo aún no sabía que hacer. Justo ahí recordé el consejo de el muchacho y salte sobre una flecha la cual al yo caer encima se hizo añicos y cayó en forma de ceniza al suelo, no era imposible lo que dijo el chico, pero era muy difícil. Traté bastante hasta que después de varios fracasos, logré empezar a subir, el botón realmente estaba muy alto y las flechas me seguían hostigando, una de esas iba directo a mi corazón, pero mi escudo me salvó. Pasaron muchas horas hasta que escalé toda la torre y llegué al botón y al presionarlo las flechas cesaron y caí de pie al suelo, al instante el techo empezó a caerse sobre mi, no en partes, sino como entero, como si lo hubiesen hecho bajar de a poco, comencé a desesperarme y no sabía qué hacer nuevamente. Cuando el techo llegaba a mi, mi cuello empezaba a doblarse, y mis manos lo tocaban con un afán desesperado de volver a ponerlo en su sitio, pero era demasiado pesado, y mi furia brotó, me puse de pie y apliqué toda mi fuerza sobre esa masa de concreto, definitivamente mi fuerza no alcanzaba, pero por obra de magia, el techo se detuvo y volvió a colocarse en su sitio, en ese momento había finalizado la prueba.
La lección de no rendirse nunca, la aprendí ese día.
Desperté en mi habitación como siempre, al despertar, me llamaron al casino, donde yo nunca había estado antes, ya que mi comida me la llevaban a mi pieza. Salí de mi cuarto y caminé por el largo y angosto pasillo oscuro iluminado por antorchas las cuales estaban sostenidas por cráneos de animales y de personas, al llegar a la sala que me habían mandado, todo el mundo me miró, la mayoría era mayor que yo, excepto un chico, le decían "Cnutham Glailr" o Vuelo Afilado, él al verme me hizo una seña para que me sentara con él, fui para allá y cuando me instalé en el asiento, la comida salió de la mesa como por arte de magia y mi plato se encontraba frente a mí.
-Hola, ¿Cómo te llamas?- Me dijo el chico
-Omak-
-¿Hace cuánto estas aquí?
-Creo que hace 2 días- En realidad no me acordaba, el tiempo había sido muy volátil y muy raro para mí desde que ingresé, no sabía cuanto estuve desmayado o cuanto duraban los entrenamientos, así que respondí al azar, creo que respondí bien.
-Mmmm, ya veo, Las Flechas silbantes ¿No?-
-¿Que?-
-¿Como te fue en esa prueba?, yo la acabó de terminar-
-Aah, mal, quedé inconsciente- Le dije mientras bajaba la vista por la vergüenza
-No te preocupes, es muy complicada, debes saltar sobre las flechas- Me dijo y me guiño el ojo, como si me hubiera dicho algo muy secreto, pero de todas formas me ayudó mucho.
Ya había terminado de comer, me disponía a hablar con el muchacho, pero el general entró súbitamente como siempre y me llevó a entrenar.
La prueba era la misma, las flechas brotaron fugazmente, esquivé y esquivé, hasta el momento en que me gritaban, escala, y yo aún no sabía que hacer. Justo ahí recordé el consejo de el muchacho y salte sobre una flecha la cual al yo caer encima se hizo añicos y cayó en forma de ceniza al suelo, no era imposible lo que dijo el chico, pero era muy difícil. Traté bastante hasta que después de varios fracasos, logré empezar a subir, el botón realmente estaba muy alto y las flechas me seguían hostigando, una de esas iba directo a mi corazón, pero mi escudo me salvó. Pasaron muchas horas hasta que escalé toda la torre y llegué al botón y al presionarlo las flechas cesaron y caí de pie al suelo, al instante el techo empezó a caerse sobre mi, no en partes, sino como entero, como si lo hubiesen hecho bajar de a poco, comencé a desesperarme y no sabía qué hacer nuevamente. Cuando el techo llegaba a mi, mi cuello empezaba a doblarse, y mis manos lo tocaban con un afán desesperado de volver a ponerlo en su sitio, pero era demasiado pesado, y mi furia brotó, me puse de pie y apliqué toda mi fuerza sobre esa masa de concreto, definitivamente mi fuerza no alcanzaba, pero por obra de magia, el techo se detuvo y volvió a colocarse en su sitio, en ese momento había finalizado la prueba.
La lección de no rendirse nunca, la aprendí ese día.
jueves, 26 de mayo de 2011
Capitulo 6 .- Día uno del entrenamiento
Luego de mi recepción en la arena, yo tenía pena por no ver a mi padre antes de partir, pero sin embargo un sentimiento de euforia y ansias llenaban mis emociones en ese momento, era un soldado, dejé de estar destinado a ser un obrero, mi futuro auguraba cosas majestuosas, aventuras que nadie nunca imaginó vivir, batallas épicas que nadie pensó escuchar.
El general me llevó a una habitación, me pasó ropas, me dio de comer, me dijo que en esa habitación, si la voluntad de Venganza me protegía, ocuparía por mucho tiempo. Me acostumbré a la habitación en pocos segundos, guardé mis pertenencias, y me vestí con la ropa que el general me dio, me estiré en la cama para descansar un momento, pero inmediatamente entró el general, me tomó de la mano y me llevó a la sala de entrenamiento, me puso ahí en medio y me abandonó, estuve parado ahí un buen rato, hasta que una voz me dijo:
-Desenvaina la espada-
Lo hice y justo al tiempo en que mi espada acabó de salir de la vaina, cuatro muñecos de palo se deslizaron hacia mí, muy rápido, pero de alguna manera logré saltar y los muñecos no se estrellaron contra mí, al chocar entre ellos se hicieron añicos y cuando mis pies tocaron la tierra más muñecos salieron a diferentes ritmos, en ese momento recordé la prueba del hombre de las flechas y me puse a esquivar muñecos para todas las direcciones, mientras los segundos pasaban, los maniquíes iban más y más rápido y mi energía era cada vez menor, al pasar unas cinco horas de entrenamiento mis piernas ya no me respondían, mi respiración era muy rápida y con un tono muy cansado, yo ya sentía que el corazón se me salía por la boca y los muñecos seguían llegando a gran velocidad, hasta que uno me golpeó y me botó al piso, mientras estaba en el piso los maniquíes me seguían golpeando, uno me dio en la boca y empezó a salir sangre, luego llegó un golpe a mi cabeza el cual se llevo mi conciencia y esta se desvaneció, desde ahí no recuerdo nada.
Cuatro horas más tarde desperté en mi habitación, me levanté, me bañé, me vestí y el general entró nuevamente, me tomó de la mano y me llevó a la zona de entrenamiento
El general me llevó a una habitación, me pasó ropas, me dio de comer, me dijo que en esa habitación, si la voluntad de Venganza me protegía, ocuparía por mucho tiempo. Me acostumbré a la habitación en pocos segundos, guardé mis pertenencias, y me vestí con la ropa que el general me dio, me estiré en la cama para descansar un momento, pero inmediatamente entró el general, me tomó de la mano y me llevó a la sala de entrenamiento, me puso ahí en medio y me abandonó, estuve parado ahí un buen rato, hasta que una voz me dijo:
-Desenvaina la espada-
Lo hice y justo al tiempo en que mi espada acabó de salir de la vaina, cuatro muñecos de palo se deslizaron hacia mí, muy rápido, pero de alguna manera logré saltar y los muñecos no se estrellaron contra mí, al chocar entre ellos se hicieron añicos y cuando mis pies tocaron la tierra más muñecos salieron a diferentes ritmos, en ese momento recordé la prueba del hombre de las flechas y me puse a esquivar muñecos para todas las direcciones, mientras los segundos pasaban, los maniquíes iban más y más rápido y mi energía era cada vez menor, al pasar unas cinco horas de entrenamiento mis piernas ya no me respondían, mi respiración era muy rápida y con un tono muy cansado, yo ya sentía que el corazón se me salía por la boca y los muñecos seguían llegando a gran velocidad, hasta que uno me golpeó y me botó al piso, mientras estaba en el piso los maniquíes me seguían golpeando, uno me dio en la boca y empezó a salir sangre, luego llegó un golpe a mi cabeza el cual se llevo mi conciencia y esta se desvaneció, desde ahí no recuerdo nada.
Cuatro horas más tarde desperté en mi habitación, me levanté, me bañé, me vestí y el general entró nuevamente, me tomó de la mano y me llevó a la zona de entrenamiento
lunes, 23 de mayo de 2011
Capitulo 5 .- Empieza la aventura
Todo partió en mi nacimiento, nací en la ciudad profanada del abismo ,Grukkhaim, al nacer, mi padre, quien fue quien me recibió en este mundo, sin intención me dejo caer, y me di contra el suelo de una manera muy brutal, no me moví, ni siquiera lloré, mi padre lleno de angustia pensó que había muerto y que no estaba respirando, me levantó con sus manos, sus áridas manos de obrero de la forja, al verlo, sonreí, y el me sonrió también, me puso en los brazos de mi madre, la cual me dio de comer, y me hizo dormir.
Empezó mi aprendizaje para ser obrero, mi padre me enseño a hacer lo que el mejor sabía hacer, me enseño a hacer espadas, escudos, cascos y armaduras, me desempeñaba con habilidad en mi oficio, mi primera espada fue de calidad única, por lo cual mi padre me la obsequio para que la guardara por siempre, seguí aprendiendo y cuando cumplí aproximadamente los 4 años, pasábamos con mi padre por fuera de un campo de entrenamiento de guerreros, yo con mi espada siempre al cinto, y cuando estábamos cerca de la entrada, el guardia de portería preguntó a mi padre si me venia a inscribir al servicio y donde estaban mis papeles de inscripción y linea sanguínea, mi padre respondió que no venía a inscribirme ya que yo era solo un obrero, en ese momento mi espíritu afloró y le pedí a mi padre una oportunidad para luchar por lo menos una vez en mi vida, mi padre me dijo que bueno pero el guardia no me dejó, a lo que su superior que iba a una campaña, nos vio y se acercó a preguntar que pasaba, el subordinado le respondió y el me tomó, me apretó el brazo fuerte, lo que hizo que yo lo endureciera, entonces el general dijo que entrara a la arena, yo me motivé y lo seguí. La arena era enorme, oscura y vacía, llena de jaulas con guerreros entrenando y bestias hambrientas preparadas para los juegos de guerra próximos, fuego y cadáveres regaban el piso, recuerdo que sentí miedo, mucho miedo, el general me llevaba por los pasadizos muy rápido que casi sentía que volaba, mi padre intentaba seguir el paso pero se iba quedando atrás hasta que al final desapareció en los oscuros pasillos. El soldado me llevó a un lugar que parecía una arena, ahí me dio un escudo, armadura y una espada, la cual rechacé porque prefería usar la que yo mismo había creado, me sonrió y se retiró.
Debí haber estado ahí dentro una media hora solo sin que nada se moviese y eso empezaba a preocuparme, hasta que de pronto un bestia que parecía un gato alado de las montañas apareció frente a mi y comenzó a atacarme, el animal se empeñaba en hacerme daño, pero yo fácilmente, por algún motivo, esquivaba sus ataque con una destreza increíble, luego sin querer, tropecé con una piedra del suelo y caí de espaldas, a lo que el gato saltó para hacerme añicos en mi posición desfavorable, a lo que el reflejo me hizo desenvainar mi espada y atravesar el torso del animal, causándole la muerte. Pasó un lapso de cinco minutos y la puerta volvió a rechinar, era un crío, de mi misma edad al parecer, venía vestido de mi misma forma, noté que él era mi adversario, corrí velozmente hacia él y lancé un ataque, el cual el bloqueó con su escudo y sacó su espada y me hirió la parte de abajo del brazo, sangré, aún recuerdo esa herida, mi primera herida, la cicatriz nunca sanó, me compuse de mi dolor de niño pequeño, y tomé nota de que esto iba en serio, y debía preocuparme de mis acciones, cuando el chico atacó, esquivé su golpe y le corte la mano de un golpe de espada, el niño se revolcaba de dolor en el piso, y yo no quise seguir luchando, un guardia entro y lo retiró, dejándome ahí solo otra vez, pasaron los cinco minutos y la puerta sonó por tercera vez, entro un tipo grande con un arco y flechas punta de diamante, se paró en la entrada y comenzó a dispararme con una velocidad impresionante, la primera flecha no la sentí, pero rozo mi cara, haciendo que brotara sangre, me compuse y comencé a esquivar sus flechas, viéndolas por el brillo que resplandecía cuando éstas volaban hacia mí, esquivaba flechas como un maniático, esperando que en algún momento se le acabaran para poder acercarme, al parecer eso no iba a ocurrir, trate acercarme pero la rapidez de las flechas me lo impedía, solo me quedaba esperar a cansarme y que una flecha diera en mí, pasó largo tiempo y el ataque no se detenía, hasta que de repente sonó la puerta chirriante, las flechas cesaron, y el tipo se retiró, era solo una prueba, pensé que había acabado, pero no, otra vez sonó la puerta y entro un soldado, de armadura y espada, era mayor que yo, al parecer era un soldado raso ya entrenado, inmediatamente empezó la lucha, él era más rápido que yo, era más fuerte que yo, y estaba mejor entrenado que yo, traté como pude de salvarme, y cometí un error, no valoré mi ataque, el ataque es la mejor defensa, el tipo me dio un golpe con su puño en la cara y me mandó volando hacia la pared, corrió y me tomó del cuello, me levantó, sacó su espada, y yo también y en ese momento, se la enterré en el ojo, retrocedió con mucho dolor, y su ira aumentó, al parecer tomó odio su mirada, y ahora iba a matarme, porque tal vez sólo era una prueba, pero se acabó, ahora iba en serio, corrió hacia mí, lo esquivé y salté a su espalda y le di un golpe con la espada, haciéndole una herida en ésta, retrocedí, él se acercó, me lanzó su ataque final hacia mi cráneo, a lo que yo puse mi espada, y ataque contra él al mismo tiempo, el sonido fue brutal, sólo imagina peleando a un niño de 4 años contra un adulto, el impacto fue muy fuerte, y la mitad de su espada estaba en el suelo, y la otra en su mano, él mostró miedo en su cara, a lo que salté y enterré mi espada en su cabeza, y lo maté. En 5 minutos, el general entró y me dijo que estaba reclutado para el ejército, y que nunca más vería a mis padres, y fue verdad, nunca mas los vi, no me pude ni despedir...
Empezó mi aprendizaje para ser obrero, mi padre me enseño a hacer lo que el mejor sabía hacer, me enseño a hacer espadas, escudos, cascos y armaduras, me desempeñaba con habilidad en mi oficio, mi primera espada fue de calidad única, por lo cual mi padre me la obsequio para que la guardara por siempre, seguí aprendiendo y cuando cumplí aproximadamente los 4 años, pasábamos con mi padre por fuera de un campo de entrenamiento de guerreros, yo con mi espada siempre al cinto, y cuando estábamos cerca de la entrada, el guardia de portería preguntó a mi padre si me venia a inscribir al servicio y donde estaban mis papeles de inscripción y linea sanguínea, mi padre respondió que no venía a inscribirme ya que yo era solo un obrero, en ese momento mi espíritu afloró y le pedí a mi padre una oportunidad para luchar por lo menos una vez en mi vida, mi padre me dijo que bueno pero el guardia no me dejó, a lo que su superior que iba a una campaña, nos vio y se acercó a preguntar que pasaba, el subordinado le respondió y el me tomó, me apretó el brazo fuerte, lo que hizo que yo lo endureciera, entonces el general dijo que entrara a la arena, yo me motivé y lo seguí. La arena era enorme, oscura y vacía, llena de jaulas con guerreros entrenando y bestias hambrientas preparadas para los juegos de guerra próximos, fuego y cadáveres regaban el piso, recuerdo que sentí miedo, mucho miedo, el general me llevaba por los pasadizos muy rápido que casi sentía que volaba, mi padre intentaba seguir el paso pero se iba quedando atrás hasta que al final desapareció en los oscuros pasillos. El soldado me llevó a un lugar que parecía una arena, ahí me dio un escudo, armadura y una espada, la cual rechacé porque prefería usar la que yo mismo había creado, me sonrió y se retiró.
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domingo, 22 de mayo de 2011
Capitulo 4 .- La segunda era
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En la segunda era, Venganza se retiró por segunda vez, esta vez para siempre, se marchó, y no quería volver, pero el sentimiento de querer destruir a sus compañeros seguía en pie, volvió a crear la ciudad, en otro lugar, mas apartado, la ciudad en la cual yo viví, al terminarla, comenzó el año 0 de nuestra historia, mi historia, mi fantástica y abrumadora historia, la historia de un caballero, un caballero fiel a las artes demoníacas, de incalculable valor, muy fuerte, pero que conoció a una princesa y todo acabó.
La ciudad se llamaba Grukkhaim, era un abismo, sí, un abismo, fue construida hacia abajo, con fines defensivos, siempre, día a día la guerra se seguía acercando y las fabricas de troles, de ogros, de armas, funcionaban a no más dar todo el día, todos los días, un trabajador de esa fábrica se casó con un hada de fuego del bosque, se amaron, se juntaron, y nací yo, Omak, el caballero de la fuente color de rubí, el centro de operaciones de la élite de combatientes del rey.
sábado, 21 de mayo de 2011
Capitulo 3 .- La creacion
El maná, fuente energética inagotable, poderosa y sublime, que da forma a todo lo conocido y lo por conocer, ya había sido descubierto, y había sido empleado. Los 6 demonios comenzaron a experimentar diversas cosas con esta energía, crearon árboles, crearon ríos, crearon muchas cosas y dieron forma a la tierra a su voluntad, las historias cuentan que todos pensaban lo mismo así que no hubo problemas en esta creación.
Un día mientras descansaban, uno de los terribles tomó una roca enorme y de la nada, se la lanzó a otro, éste otro muy enojado, le respondió la ofensa, y empezó una disputa, muy larga por cierto, al final de ésta, ambos quedaron muy enojados y juraron odiarse por siempre, y uno de éstos, el que recibió la piedra se marchó, se fue en la distancia, hasta perderse en el horizonte.
Se llamaba Huurkahn, el terrible de la venganza, a quien yo le debo todo lo que tengo, Huurkahn se separó de sus compañeros para siempre, se fue muy lejos, y comenzó a preparar lo que se supone que sería su regreso triunfal.
Cruzó el río de lava y se asentó del otro lado, no tenía idea de lo que iba a hacer para retornar en gloria y majestuosidad donde sus compañeros, hasta que de repente pensó algo muy inteligente
-Si yo soy uno, y ellos son 5, nunca podré derrotarlos- Pensó-Debo encontrar a alguien que me ayude, debo crear a alguien que me ayude.
Comenzó a concentrarse para poder realizar las creaciones, trató y trató por mucho tiempo, hasta que al final lo logró, creo seres inteligentes, los cuales le rendían culto y lealtad. Éstos servirían para lo que él necesitaba, pero debía prepararse antes. Les enseñó las artes de la guerra, les mostró la forja, hizo que construyeran ciudades en su honor, templos, y todo, logró una civilización, y así pasó el tiempo, pasó mucho tiempo, y la venganza había sido pacífica, no había atacado a nadie, hasta que un día el ataque llegó. Cientos de miles de criaturas invadían su ciudad, criaturas diferentes a los ciudadanos de Venganza, todos armados para la guerra. Era Guerra, y ésta recién comenzaba.
Se llamaba Huurkahn, el terrible de la venganza, a quien yo le debo todo lo que tengo, Huurkahn se separó de sus compañeros para siempre, se fue muy lejos, y comenzó a preparar lo que se supone que sería su regreso triunfal.
Cruzó el río de lava y se asentó del otro lado, no tenía idea de lo que iba a hacer para retornar en gloria y majestuosidad donde sus compañeros, hasta que de repente pensó algo muy inteligente
-Si yo soy uno, y ellos son 5, nunca podré derrotarlos- Pensó-Debo encontrar a alguien que me ayude, debo crear a alguien que me ayude.
Comenzó a concentrarse para poder realizar las creaciones, trató y trató por mucho tiempo, hasta que al final lo logró, creo seres inteligentes, los cuales le rendían culto y lealtad. Éstos servirían para lo que él necesitaba, pero debía prepararse antes. Les enseñó las artes de la guerra, les mostró la forja, hizo que construyeran ciudades en su honor, templos, y todo, logró una civilización, y así pasó el tiempo, pasó mucho tiempo, y la venganza había sido pacífica, no había atacado a nadie, hasta que un día el ataque llegó. Cientos de miles de criaturas invadían su ciudad, criaturas diferentes a los ciudadanos de Venganza, todos armados para la guerra. Era Guerra, y ésta recién comenzaba.
Capitulo 2 .- Descubrimientos
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Caminaron y caminaron mucho, pero siempre el paisaje se repetía, ya comenzaba a ser aburrido para ellos, no sabían si en algún momento habría algo nuevo, súbitamente algo atacó, pero no algo externo, sino que algo dentro de ellos... Era hambre.
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Siguieron poblando la tierra, ellos eran los únicos dueños, todo obedecía a ellos, todo giraba por ellos, ellos tenían poder, y gracias a este poder, comenzó la lucha demoníaca, comenzaron disputas entre ellos, peleas, comenzó a generarse el mundo en el que yo viví, en el que algún día de mi maldita vida yo tuve que vivir.
Capitulo 1 .- El exódo
En el año 0, nacieron los creadores, seres sin privaciones, libres, sin nada que los sometiera, al principio dicen que fueron 15, pero luego del éxodo tras descubrir el bien y el mal, solo quedaron 6 en este plano, los 6 terribles, son llamados en la actualidad, los amos y señores de todo.
La gran guerra, según está escrito, inició en el año 1360, en el vacío, puesto que antes no había nada. Los 9 bondadosos, trataron de adjudicarse todo lo descubierto, ya que decían que todo era bueno, en cambio los otros 6 sabían que esto no era así. Ya existía la guerra, el mal, la traición, los problemas, y según los terribles, eso le pertenecía a ellos, según yo... Tenían toda la razón. Se inicio una gran guerra de creadores,la cual duró años, siglos, milenios, y ninguna de las partes se rendía, cada vez peleaban con más fuerza, no sabían que eran inmortales, ya que no conocían el tiempo, no conocían las heridas, ni la muerte, solo los estudiosos saben eso, como yo, pero cuando los pequeños de nuestra región comienzan su aprendizaje para la madurez se les dice que los 6 terribles destruyeron a los 9 bondadosos, para que su fe por ellos sea mas fuerte, pero yo sé que solo se retiraron, lejos, muy lejos, para no seguir luchando, hoy deben estar allá afuera, en algún lugar, viviendo felices, más felices que nosotros, disfrutando su inmortalidad, estudiando, y disfrutando.
Siguieron pasando eones, al tercero, los terribles ya estaban aburridos, ya no sabían que hacer... Fue cuando el choque de planos ocurrió.
Dos universos diferentes se cruzaron y el vacío se llenó, se creó tierra, se creó un mundo, y los terribles se sorprendieron, fue el inicio de la primera era.
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Siguieron pasando eones, al tercero, los terribles ya estaban aburridos, ya no sabían que hacer... Fue cuando el choque de planos ocurrió.
Dos universos diferentes se cruzaron y el vacío se llenó, se creó tierra, se creó un mundo, y los terribles se sorprendieron, fue el inicio de la primera era.
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